La influencia de la música en las plantas es algo que se ha estudiado por mucho tiempo y ha arrojado conclusiones sorprendentes.
Desde hace un tiempo tengo pendiente el tema de las plantas y en estos días que una de las más fieles seguidoras de esta página y a quien tengo el privilegio de llamar amiga, Amparo Naranjo, me envió la foto de sus orquídeas, me di cuenta que era el momento de publicarlo.
Cuando Amparo me envió estas fotos, le pregunté como las cuidaba, ya que es mi flor favorita. Ante sus respuesta le pedí el permiso para compartir su información segura que le va a servir a muchas personas.
Amparo me cuenta que le regalaron la planta hace 3 años, pero ahora le ha prestado más atención.
Lo primero, como le enseño su mamá (una mujer muy especial), fue buscar el lugar que más les gustara, cambiándola de lugar y observando en cual sitio las hojas se ponían más verdes y más fuertes.
Amparo tiene su orquídea cerca de la ventana, en la mañana abre la persiana para que reciba el sol y la cierra un poco al mediodía para que solo le den los rayos indirectos. Una vez a la semana le echa un poquito de agua.
Lo que hace diferente y está viendo los resultados es “hablarle, consentirla y un poco de música en la mañana” según me cuenta.
En mi interés por saber más le pregunto qué tipo de música le coloca a sus orquídeas, a lo cual me responde que les coloca música clásica y música alegre. Sin embrago, ella va más allá.
“Las saludo en la mañana y les hago sentir mi alegría por su progreso. Me despido cuando me voy a dormir. Es decir las trato como alguien más que esta conmigo y me acompaña. Les doy las gracias por su compañía y por el amor que me hacen sentir, por su silencio, por su valentía”.
He aquí los resultados de esta dedicación, 11 orquídeas y 2 más por abrir.
A mis plantas también les hablo porque estoy segura que como seres vivos reaccionan a las palabras bonitas y al buen trato. En mi investigación sobre este tema, encontré que en 1848, un profesor alemán llamado Gustav Fechner publicó el libro Nanna (Soul-life of Plants). En él expone la teoría que las plantas se benefician de que les hablen.
A lo largo del tiempo se han llevado a cabo numerosos estudios sobre este tema en el que aseguran que:
1. Las plantas experimentan emociones y que perciben pensamientos humanos a gran distancia.
2. Hablarles a las plantas ayuda a que crezcan más rápido, especialmente si quien les habla es una mujer.
3. Reaccionan de forma positiva y crecen saludables cuando se les dicen palabras bonitas, por el contrario se marchitan y mueren si las palabras son negativas.
Hace mucho tiempo leí sobre Cleve Backster, un agente de la CIA que trabajaba con el polígrafo (detector de mentiras). Una vez, en 1966, le puso el polígrafo a una planta y notó actividad eléctrica que interpretó como estrés. Decidió, con la ayuda de sus compañeros, hacer más pruebas.
Conectaron el aparato a diferentes tipos de plantas y estas respondían a los pensamientos de las personas que estaban cerca de ellas, al igual de quienes estaban lejos, pero con las cuales tenían familiaridad.
Además son sensibles a las emociones humanas y saben distinguir a las personas que les hacen daño.
Acerca de este último punto en unos de estos experimentos con el polígrafo, invitaron a una mujer reconocida por su estudio con las plantas, a presenciar sus reacciones. El asunto es que inmediatamente esta señora entró en la habitación las plantas no manifestaron ninguna reacción por más que trataron.
Una vez fuera de la habitación, e intrigados por la falta de reacción, le preguntaron a la señora qué clase de trabajo realizaba, ella respondió que quemaba plantas.
Dedujeron que al parecer las plantas del experimento sabían a qué se dedicaba esta mujer y se desmayaron del susto.
Amparo también nos habló de la música, sobre la cual se han hecho estudios en relación con las plantas.
Se ha comprobado que ciertas plantas expuestas a música crecen un 20 % más y cuando se hizo en los cultivos, las plantas crecieron más gruesas y más verdes.
El crecimiento de las plantas gracias a la música, dicen los expertos, puede deberse a las vibraciones creadas por las ondas de sonido más que por los sonidos de la música.
En otras palabras, las vibraciones producen movimiento en las células de la planta y este la estimula a producir más nutrientes.
Investigadores del Instituto Nacional de Biotecnología Agrícola de Corea del Sur encontraron que el crecimiento de una planta es estimulado por la música y este parece estar vinculado con 2 genes que están relacionados en cómo la planta responde a la luz del sol.
Además encontraron diferentes respuestas dependiendo de la frecuencia del sonido. La música a 70 decibeles incrementa el crecimiento de la planta y esta es la misma frecuencia del tono humano en una conversación.
Un estudio de la Universidad de Australia en 2017 acerca de la teoría que las plantas pueden escuchar, encontró que las plantas han desarrollado sentidos que les permiten detectar y responder a sonidos para encontrar agua.
Lo anterior significa que las plantas pueden sentir las vibraciones del sonido del agua mientras se mueve por las tuberías o el suelo y mueven sus raíces hacia los sonidos.
Según otro estudio, mientras unas pocas horas al día de música las favorecen, demasiado tiempo y ciertos tonos las pueden dañar.
En lo que sí coinciden los estudios es que las plantas disfrutan la energía de alguna música y las puede ayudar a crecer.
Sorprende todo lo que desconocemos de la naturaleza que nos rodea y lo agradecida que es ante los estímulos positivos.
Amparo, nuevamente gracias por compartir su experiencia y enseñarnos a cuidar, valorar y a amar la naturaleza.
Fuentes: Amparo Naranjo, thespruce.com, gaceta.unam.mx, psu.edu, gardeningknowhow.com.