La salud mental es igual de importante que la salud física, las dos van de la mano, por lo tanto merecen la misma atención.
Siempre hemos escuchado “mente sana en cuerpo sano” y es cierto, aunque cuidamos mucho el cuerpo y descuidamos la mente.
Sabemos el poder que tiene la mente sobre el cuerpo, al punto de enfermarlo y aún así no le prestamos la atención que se merece.
La mejor forma para cuidar la mente es viviendo el presente, teniendo pensamientos positivos, hablándonos bonito. Hay que evitar rencores, resentimientos y no rumiar el pasado.
Cuando tenemos situaciones como ansiedad, estrés, depresión, etc., es necesaria la ayuda psicológica porque no podemos solucionarlas solos.
De estos temas se debería hablar en familia, con los amigos, en los lugares de trabajo, ya que es algo de vital importancia.
Sin embargo, en nuestra sociedad la salud mental es un tema tabú. He escuchado a muchas personas decir que ir al sicólogo o al siquiatra es para locos.
Gracias a esos comentarios a las personas les da temor hablar y compartir sus experiencias, incluso con el especialista.
Quienes decidimos ir al sicólogo y/o siquiatra es porque sabemos que necesitamos ayuda para lidiar con estos asuntos.
Al igual que con el cuerpo, para la salud mental debe haber un diagnóstico para poder aplicar un tratamiento.
Mediante la terapia psicológica afloran recuerdos dolorosos que la mente guardó para protegernos y se encuentra la fuente de creencias limitantes que nos frustran y complican la vida.
Al identificar esas creencias y enfrentar los recuerdos, podemos liberarnos de ellos y empezar a vivir la vida que nos merecemos.
En algunas ocasiones se necesitan medicamentos, por lo tanto se debe acudir al siquiatra, ya que al ser médico puede prescribirlos.
Por experiencia propia estoy convencida que ir al sicólogo debería ser tan normal como hacerse chequeos médicos.
Uno de los propósitos de inicio de año es hacer ejercicio, pero en esa lista también debería estar la salud mental.
Hablemos de salud mental sin temores y si precisamos ayuda no dudemos en buscarla, a cualquier edad.