Con los últimos acontecimientos nos ha quedado claro que somos los únicos responsables del cuidado del planeta y que nuestras acciones lo impactan de forma directa, por lo tanto es hora de que empecemos a tomar medidas para hacer la parte que nos corresponde en nuestros hogares, comunidad y lugares de trabajo para reducir la basura compartiendo artículos con otros y de esta forma ahorrando no solo dinero, sino en otros aspectos relacionados con la producción o elaboración de estos elementos.
Nuestra sociedad es una que vive de apariencias, de estar a la moda, del qué dirán y de la competencia, de tener algo igual o mejor que el vecino, que nadie se vaya a enterar que se está pasando por una crisis financiera, etc., etc., pero se preguntarán por qué traigo esto a colación, la respuesta es sencilla, porque las acciones que les vengo a proponer posiblemente van a chocar con esta escala de valores, aunque conservo la esperanza que lo que estamos viviendo haya cambiado un poco esta mentalidad y seamos capaces de obrar diferente por el bien de todos.
Muchas personas disfrutamos de leer un libro impreso en papel, en lugar de leer en el celular o una tableta, pero sabemos de donde provienen los libros, entonces qué tal si intercambiamos libros en lugar de comprarlos?. Un ejemplo de esto lo podemos ver en el movimiento llamado “Pequeñas Bibliotecas Gratis” que empezó en Estados Unidos hace unos años. Este movimiento consiste en colocar una biblioteca pequeña en un lugar público, en ella hay libros que las personas pueden tomar para leer a cambio de dejar otro, esto es una buena forma de fomentar la lectura y ahorrar dinero, una idea que se puede implementar en oficinas, edificios y urbanizaciones residenciales. Los interesados en saber más acerca de las “Pequeñas Bibliotecas Gratis” encuentran información en www.biblogtecarios.es/anabaeza/el-movimiento-little-free-library.
Una buena opción para las suscripciones a periódicos y revistas es dividirlas entre vecinos, amigos y familia para intercambiarlos, así además de ahorrar dinero reducimos no solo la cantidad de basura, sino también todo lo que implica su elaboración y si después de leerlos se le pasan al compañero de trabajo o se dejan en la entrada del edificio para que otros lo puedan leer, mucho mejor.
Un sistema que resurgió en este tiempo de pandemia, que me encantó, fue el trueque (yo tengo algo que tu quieres o necesitas y tú tienes algo que yo quiero o necesito, entonces intercambiemos), esto se puede aplicar con los pequeños de la casa, en lugar de comprarles juguetes nuevos se pueden intercambiar los que no están usando con otras familias que tienen hijos con edades similares mediante reuniones, así no solo se reduce, también se les enseña a compartir, a socializar y de paso se ahorra. Otro artículo de los niños para intercambiar es la ropa, por lo general la usan pocas veces antes que ya no les sirva, dejándola casi nueva.
Los padres también pueden aprovechar la oportunidad para intercambiar libros, películas, video juegos, accesorios, herramientas, utensilios de cocina que nunca usaron y cualquier cosa que se les ocurra, lo mismo aplica para amigos o personas con gustos similares.
Claro está que en este tiempo de aislamiento las reuniones no son posibles, pero ojalá que fuéramos asimilando estas ideas y comentándolas con la familia y con otras personas para crear consciencia acerca de este tema y de paso empezar a seleccionar los artículos que quieren intercambiar.
Qué opinan del tema, se atreverían a hacerlo? Creen que a más personas les pueda interesar?
Tienen más ideas para cuidar el medio ambiente? Me encantaría conocer sus opiniones.