La adelfa, una planta con nombre de mujer, es hermosa, pero venenosa, aunque ha sido considerada como una planta medicinal.
Se trata de un arbusto que ha sido cultivado en el Mediterráneo desde la época de los romanos y que fue llevado a otras zonas subtropicales, en algunas de las cuales se ha convertido en una especie invasiva.
Se le conoce también con los nombres de rosa laurel, baladre, laurel de flor y laurel romano.
Descripción
La adelfa es de rápido crecimiento y puede alcanzar una altura de 4 metros. Está formada por:
– Hojas gruesas en forma de lanza
– Flores rosadas, rojas, blancas o amarillas de 5 pétalos con aroma agradable que puede ser desde suave y dulce hasta más intenso con un toque cítrico
– Fruta o pericarpio que consta de 2 vainas largas, las cuales liberan numerosas semillas, cada una con penacho de pelos sedosos
Es un arbusto resistente al calor y a la sequía, además requiere poco cuidado, por lo que es utilizado en las autopistas para separar carriles y como barreras de ruido y contaminación.
Le dan otros usos ornamentales: en arreglos florales y en las viviendas como cerca natural con el fin de tener mayor privacidad. En la época antigua hacían coronas y guirnaldas para ceremonias y fiestas.
Usos medicinales
Durante siglos la adelfa ha sido empleada por algunas culturas para tratar varias dolencias, sin embargo, no se ha comprobado de manera científica, por el contrario la ingesta de esta puede ser muy peligrosa.
Toxicidad
La adelfa se considera una de las plantas más venenosas, ya que contiene una potente toxina llamada oleandrina.
Todas sus partes (flores, tallos, ramas, hojas, raíces) son tóxicas tanto para humanos como para animales.
La savia de la adelfa es una sustancia lechosa y pegajosa que irrita la piel y puede causar reacciones alérgicas, por lo tanto al cortar el tallo se recomienda utilizar guantes.
En humanos ingerir esta planta provoca intoxicación con síntomas como alteración del ritmo cardíaco, nauseas, diarrea, vómito, dolor abdominal, calambres, además afecta el sistema nervioso y piel.
Otros síntomas pueden ser debilidad, confusión, mareos, somnolencia y molestias visuales.
Los signos de intoxicación en animales son babeo, diarrea, dolor abdominal, cólico, depresión y muerte.
La poda de la adelfa no se debe quemar porque el humo puede ocasionar irritaciones severas.
Ante señales de intoxicación con esta planta se debe buscar asistencia médica de inmediato.
Especie invasiva
Ya mencioné que se puede convertir en una especie invasiva debido a que crece y se extiende con rapidez, superando en número a las especies nativas.
La adelfa fue traída a América por los españoles. En el caso de Estados Unidos llegó a Florida en 1565. Ahora se cultiva en los estados del sur del país y en Hawái.
Justo en Hawái se ha convertido en un problema y para controlarla introdujeron una polilla llamada polilla esfinge de la adelfa.
Las orugas de esta polilla se alimentan de las hojas de la adelfa, ya que son inmunes a sus tóxicos.
Una vez más queda comprobado que todos y cada uno de los seres vivos son indispensables en su entorno para garantizar el equilibrio del ecosistema.
Otra enseñanza es que en la naturaleza la belleza puede ser engañosa, en el sentido que algo bello puede parecer inofensivo y no serlo. De hecho las criaturas venenosas tiene los más hermosos coloridos.
Fuentes: facts.net, hgtv.com, jungledragon.com.