En los ecosistemas coexisten y se relacionan, en completa armonía, organismos vivos y elementos sin vida para mantener el equilibrio.
Los organismos vivos son bacterias, parásitos, hongos, plantas, animales (incluidos los seres humanos) y cuando se habla de elementos sin vida se hace referencia a piedras, aire, agua.
Cada uno de los organismos y elementos que conforman un ecosistema juegan un rol importante para conservar el equilibrio y el desarrollo de estos.
Al desaparecer una especie otras empiezan a crecer sin control, ya que estaba en la cadena alimenticia de la desaparecida y mantenía controlada su población.
Tipos de ecosistemas
Los ecosistemas se dividen en terrestres y acuáticos, los cuales a su vez se subdividen.
1. Terrestre. Son los que se encuentran en la tierra, ellos son: desértico, forestal y montañoso.
2. Acuático. Se desarrolla en masas de agua, ya sea dulce o salada.
Ecosistema terrestre
Este tipo de ecosistema proporciona aire, alimento para millones de especies de animales y plantas.
Son innumerables las formas en qué interactúan, tanto los seres vivos como los elementos sin vida.
Algunos ejemplos de esto son:
Hongos. Se encargan de la descomposición, junto con bacterias e invertebrados, y del reciclaje de materia orgánica cómo hojas, troncos caídos, plantas y animales muertos.
Escarabajo del estiércol. Se alimenta de estiércol, principalmente el de vacas y elefantes, ya que estos no digieren bien su comida, por lo tanto su estiércol contiene pasto a medio digerir y líquidos. Estos líquidos son ricos en nutrientes.
Su papel es acelerar la recirculación de nutrientes en la tierra o en otros animales que se alimentan de ellos.
Ecosistema acuático
Este ecosistema es fuente de alimento, salud, energía, vías de transporte y diversión. También es crucial en el equilibrio y la salud del planeta.
Al tratarse de agua dulce y agua salada se encuentran una amplia variedad de especies tanto animales como vegetales.
Dulce
Dentro de este ecosistema entran riachuelos, arroyos, ríos, lagos, lagunas, humedales, pantanos.
Este ecosistema es de vital importancia para la supervivencia de la mayoría de seres vivos.
La importancia del ecosistema de agua dulce radica en:
1. Albergan una gran variedad de especies que son vitales para la pesca y la seguridad alimenticia.
2. La calidad del aire se mantiene gracias a las plantas acuáticas que producen oxígeno mediante la fotosíntesis.
3. Actúan como filtros naturales para limpiar el agua de contaminantes antes de que lleguen a los océanos.
Piedras. Bajo ellas los peces y anfibios depositan sus huevos para protegerlos de depredadores, larvas de libélulas y otros invertebrados encuentran refugio.
Además previenen la erosión, ya que ellas ayudan a mantener el suelo en su lugar y a drenar el exceso de agua.
Salado
Hay gran diversidad de especies con características únicas y quedan muchas por descubrir porque se ha explorado muy poco.
A continuación una pequeña muestra.
Lábridos limpiadores. Habitan en arrecifes coralinos donde tienen sus “estaciones de limpieza” para eliminar parásitos, mucosidad, escamas dañas y muertas de otros peces, tiburones, mantas y tortugas.
En los arrecifes donde estos peces tienen sus “estaciones de limpieza” la diversidad, la salud y el tamaño de los peces es mayor.
Lamprea. Este pez prehistórico juega un papel ecológico importante, ya que sus larvas ayudan a mantener la calidad del agua y al moverse entre hábitats transporta nutrientes desde el mar hasta los lagos y ríos que son vitales. Además la lamprea le sirve de alimento a una variedad de animales.
Desafortunadamente el depredador más grande de cualquier ecosistema sigue siendo el hombre, olvidando que no existe un planeta B.
Fuentes: ingeoexpert.com, biospace.es.