Congelar alimentos permite evitar desperdicio, conservar alimentos por más tiempo y ahorrar tanto alimentos como dinero.
Es una excelente opción para frutas de estación, cuando se compran alimentos en cantidades grandes en ofertas o no se alcanza a consumir y se desea guardar para otra oportunidad.
Hay varios alimentos que se sabe pueden ser congelados, aunque se puede hacer lo mismo con muchos más.
Es importante seguir unos pasos antes de congelar alimentos para obtener los mejores resultados.
Procedimiento para congelar frutas
Seguir el procedimiento para congelar frutas garantiza que estas se preserven bien por más tiempo.
Se hace de la siguiente manera:
1. Ordenar, lavar y deshuesar las frutas.
2. Cortarlas en rebanadas o trozos, según la preferencia.
3. Dejarlas en una bandeja hasta que se sequen.
4. Se guardan en un recipiente para congelar y se llevan al congelador. Si no se tiene uno de estos recipientes, se colocan en una bandeja poco profunda para congelarlas. Una vez congeladas se guardan en un recipiente con tapa dentro del congelador.
Sin embargo, la forma de congelarlas va a depender de la fruta.
Limón y naranja. Se parten en rebanadas y se congelan en un recipiente de vidrio. Después de descongelarlas se pueden utilizar para horneados, para rellenar.
Uvas. Estas se congelan enteras y se pueden comer en días calurosos o se le pueden agregar al vino para enfriarlo.
Otra manera de congelarlas es colocarlas en una cubeta para hielo con otras frutas y agregarle agua o jugo, así se pueden colocar estos cubitos en agua u otras bebidas para darle un toque de sabor y color.
Aguacate. Se corta a la mitad, se le quita la semilla y se pela. Con la ayuda de una brocha cada mitad se cubre con jugo de limón, luego se envuelven con envoltura plástica y se guardan en una bolsa para congelar, asegurándose de sacarle todo el aire antes de cerrar y congelar.
Cuando se requiera se descongela y se machacan para hacer guacamole.
Cómo congelar Verduras de hoja verde
Las verduras de hoja verde como la col rizada y la espinaca se cuecen al vapor hasta que ablanden por completo, se retiran del fuego y se dejan enfriar. En una bolsa sellada se puede congelar hasta una libra.
El día antes de consumirlas se pasan al refrigerador. Al momento de utilizarlas se les agrega sal, pimienta y aceite de oliva y se calientan en el horno.
Congelar pimentones y pimientos
Los pimentones y pimientos, sean frescos o secos, se pueden congelar, cada uno de manera diferente.
Pimentones. Lo primero es lavarlos y retirarles las semillas. Se cortan en julianas, se guardan en una bolsa plástica con cierre hermético y se llevan al congelador. Al momento de utilizarlo solo se coloca bajo el agua caliente para descongelarlos.
Pimientos frescos. Lo primero es lavarlos y secarlos enteros y crudos. Luego se colocan dentro de una bolsa plástica y se llevan al congelador. Al momento de usar se pican congelados. Los chiles habaneros son buenos para congelar.
Pimientos secos. Lo mejor es congelarlos porque suelen volverse quebradizos. Se guardan en una bolsa para congelar de doble cremallera y se llevan al congelador, allí se mantendrán bien hasta por un año.
Para descongelar se remojan en agua tibia hasta que estén blandos y se trituran hasta formar una pasta.
Batatas
Congelar las batatas con anticipación es el secreto de las mejores batatas horneadas, ya que al congelarlas cambia su estructura celular volviéndolas ultra cremosas.
Lo primero es lavarlas y secarlas bien, luego se guardan en un recipiente o bolsa y se llevan al congelador. Al momento de usarlas, sin descongelar y sin retirar la piel, se llevan al horno hasta que ablanden (aproximadamente dos horas) para obtener la mejor textura.
Ajo
Obviamente por su olor picar ajo es poco agradable, sin embargo, si se pica una cantidad más grande y se congela sería más conveniente.
Luego de picado se colocan pequeñas cantidades en los compartimentos de las cubetas para hielo se rellena con aceite de oliva y se congela.
Funciona muy bien en salsas y sopas que se cocinan a fuego lento, solo hay que agregarle los cubos congelados.
Hierbas frescas
Las hierbas que sobran se pueden congelar siguiendo el mismo procedimiento que el ajo y agregarlas congeladas a las salsas.
Jengibre
En este caso se pela y se corta en el tamaño que se usa regularmente, se coloca en una bolsa plástica y se congela. Se usa en sopas y salteados.
Caldos
Si sobra caldo se puede congelar para utilizarlo para dar sabor a sopas y salsas.
Una vez el caldo está frío se vierte en cubetas para hielo y se congela. Cuando se va a utilizar simplemente se agregan los cubitos a la sopa o salsa.
Es importante tener en cuenta que si sobra de el caldo hecho con los cubos se debe desechar.
Mantequilla
Para congelar mantequilla hay que mantenerla en su envoltura original, envolverla en una toalla de papel seca, guardarla en una bolsa para congelar y llevarla al congelador. Se mantendrá fresca hasta nueve meses.
Para descongelarla, se llena un vaso o frasco templado con agua hasta la mitad, se calienta en el miciroondas durante un minuto, luego se vacía el agua y se coloca el vaso caliente sobre una barra de mantequilla.
No se recomienda utilizar la mantequilla congelada que se ha derretido en horneados, ya que el líquido añadido va a dar como resultado una masa densa.
Leche
En un recipiente con suficiente espacio para expandirse, se vierte la leche y se congela.
Al descongelarla tendrá buen sabor, aunque parecerá cuajada, por eso es mejor usarla en horneados o preparar suero de leche casero al mezclarla con un poco de limón o vinagre de sidra de manzana.
Queso
Los quesos blandos no son tan buenos para congelar, en cambio los más duros como el cheddar o el parmesano añejos, sí lo son.
Se guarda entero, en su envoltura original dentro de una bolsa para congelar y se coloca cerca de la parte delantera del congelador.
Pan
Antes que al pan le dé moho se puede congelar hasta por tres meses. Si el pan es comprado se congela en la misma bolsa, pero antes de cerrarla se coloca una servilleta en la parte superior, así esta va absorber la humedad al momento de descongelar.
El pan casero o la masa se envuelve en plástico y luego se introduce en una bolsa plástica de cierre hermético antes de llevarlo al congelador. Este último paso aplica también para el pan comprado.
Son muchas las opciones para evitar el desperdicio y cuidar el medio ambiente porque recordemos que no tenemos un planeta B.
Fuente: aarp.org.