El desierto del Namib, es el más antiguo, uno de los más hermosos y singulares de los desiertos del planeta.
Este desierto, que avanza paralelo a la costa del Océano Atlántico, se estima que tiene una edad de entre 55 y 80 millones de años y desde 2013 es patrimonio de la humanidad.
Su nombre significa “enorme” en lengua nama. Su extensión es de alrededor de 81.000 km², su ancho oscila entre 80 y 200 km, con una línea costera de 2.000 km.
Tiene las dunas de arena más altas del mundo y se dice que el color rojo de estas son el resultado de los pigmentos que el viento arrastra desde el desierto rojo del Kalahari.
El ecosistema desértico del Namib tiene maravillas que sorprenden por sus características.
Temperaturas
El clima en este desierto puede alcanzar 50 ºC en el día y bajar por debajo de 0 ºC en la noche. El cambio brusco de temperatura condensa la humedad ambiental formando nieblas que desaparecen en la mañana con la llegada del calor.
Son estas nieblas de donde algunos animales y plantas obtienen agua, ya que las precipitaciones anuales son de alrededor de 10 mm.
Las dunas
Las dunas más altas e impresionantes se encuentran en el salar de Sossusvlei (en africano significa “el punto de no retorno”) y llegan a medir más de 300 metros de altura.
La DUNA 45 es la más fotografiada con múltiples tonos rojizos y a la cual ascienden los turistas para ver la salida del sol, cuyos primeros rayos cambian el color del desierto.
Costa de los esqueletos
Al norte, en la costa del Océano Atlántico, un tramo de 500 km recibe el nombre de Costa de los esqueletos debido a la cantidad de esqueletos de ballenas y otros animales, al igual que naufragios que se encuentran allí.
Quienes quieren visitar esta área deben registrar el vehículo en la puerta de acceso, así en caso de no presentarse en la puerta de salida, se envía un equipo de rescate.
Fauna
A pesar de su clima y aridez, la estrechez del desierto permite que lleguen animales desde zonas de hierba como es el caso de orices, gacelas, avestruces, leones, elefantes, leones marinos, además de insectos, escarabajos y víboras que viven en él de manera permanente.
Orices. Una especie de antílope capaz de sobrevivir en condiciones adversas y que obtienen el agua de las plantas que ingieren.
Elefantes. Ellos excavan agujeros profundos en busca de agua subterránea.
Escarabajo stenocara gracilipes. Este escarabajo aprovecha la niebla de la mañana para obtener agua para sobrevivir durante el día. Lo hace levantando la parte trasera de su cuerpo para atrapar gotas de rocío que corren por su caparazón hasta su boca.
Víbora enana. Utiliza sus escamas para atrapar el vapor de la niebla.
Cabo de la Cruz
Es el sitio que descubrió el portugués Diogo Cão en 1485 y que reclamó para su país construyendo una cruz de piedra, por lo cual recibe este nombre.
Es el sitio que descubrió el portugués Diogo Cão en 1485 y que reclamó para su país construyendo una cruz de piedra, por lo cual recibe este nombre.
Ahora se ha convertido en una atracción turística para ver una inmensa colonia de leones marinos, en la cual pueden haber hasta 200.000 ejemplares.
Flora
El desierto del Namib tiene una planta única en el mundo, se trata de la Welwitschia mirabilis que vive cómodamente en este desierto y en algunas zonas de Angola.
Welwitschia mirabilis. Soporta temperaturas muy altas y puede estar hasta cinco años sin lluvias, solo tomando el agua del rocío de la niebla.
Su aspecto es raro, ya que su tronco es corto y grueso, de él nacen dos hojas largas en forma de cinta que crecen sin parar hacia el suelo en sentido horizontal.
La planta se cubre con las hojas para protegerse de las altas temperaturas. Adicional a lo anterior las hojas mantienen el suelo donde crece húmedo y frío.
Se le conoce como fósil viviente, ya que pueden llegar a vivir 1.000 años, aunque se cree que algunos ejemplares pueden alcanzar los 2.000 años.
Acacia erioloba. Sus raíces crecen rápidamente apenas germina yendo a grandes profundidades. En la edad adulta alcanzan una altura de 15 metros por encima de la superficie.
El desierto del Namib se encuentra en Namibia que es el segundo país menos densamente poblado del mundo y el menos poblado de África.
Este es un ejemplo de cómo hasta en los lugares más inhóspitos la naturaleza encuentra formas de adaptarse, sobrevivir y mostrarnos sus maravillas.
Fuentes: mint57.com, muyinteresante.com, youngwildhunters.com.