La falta de amor puede ser la causa de todos los males que afectan nuestro planeta. Al menos es lo que siempre he pensado.
En estos tiempos cada uno vive en su mundo donde solo importa el bienestar propio, sin importar si el otro o los otros se ven perjudicados.
La falta de amor se refleja en el desinterés por lo que está pasando en nuestro planeta y lo que viene en un futuro cercano.
He escuchado personas decir: “para qué cuido si eso que dicen no lo voy a ver” o “si el vecino no cuida por qué voy a cuidar yo”. Lo que se les olvida es que serán sus descendientes quienes van a enfrentar las consecuencias de sus actos.
Planeta Tierra
Según concepto.de “El medio ambiente es el espacio en el que se desarrolla la vida de los organismos y que permite su interacción. Está conformado por seres vivos, por elementos sin vida y por elementos artificiales creados por el hombre”.
Los seres humanos, somos seres vivos, por tanto hacemos parte del medio ambiente y eso es algo que a muchos se les olvida o que tal vez desconocen.
La Tierra también es un ser vivo y como tal tiene sus procesos. Según biancaatwell.com: “nuestro planeta se auto-regula en temperatura, humedad, salinidad de las aguas y múltiples variables más”.
Además estamos conectados entre nosotros, con la Tierra y con todo lo que en ella habita, por lo tanto, de una u otra manera lo que hace uno afecta a los demás.
La falta de amor
Una de las formas en que se manifiesta la falta de amor hacia el planeta es la falta de compromiso con el cuidado del medio ambiente, a pesar que nos afecta de forma directa.
Sin embargo, para algunos el negar el Cambio Climático que está afrontando el planeta, los exonera de tomar medidas para detener el daño que hemos provocado hasta hoy.
Otro aspecto de la falta de amor es el caso de las guerras. Unos cuantos se embarcan en conflictos bélicos sin importarles la cantidad de vidas inocentes que se pierden.
Adicional a las vidas y la destrucción de la infraestructura, el medio ambiente sufren las consecuencias de la guerra, ya que:
1. Las armas arrojan gases tóxicos y partículas que contaminan el suelo y el agua.
2. Se destruyen árboles, sea por tala o por incendios provocados por las bombas, en ambos casos se afectan los ecosistemas naturales.
3. El alto uso de combustible produce CO2.
4. Pueden llegar especies invasoras, en vehículos militares, que ponen en riesgo a las nativas.
5. El desplazamiento de personas conlleva el abandono de tierras y en algunos casos a campamentos de refugiados que ocasionan deforestación, acumulación de residuos, erosión del suelo y desplazamiento de especies.
En una guerra no hay ganador, todos pierden.
Lo anterior sin contar las pruebas de armas que algunos países pueden estar haciendo en lugares remotos, de las cuales no tenemos conocimiento, sin embargo, quedan en la atmosfera y viajan a otros lugares afectando todo a su paso.
La energía del amor
Todo en el universo es energía y los seres vivos, incluida la Tierra, reaccionamos al amor, la energía más fuerte y poderosa que existe.
Los efectos de la energía del amor se pueden apreciar en el experimento que llevó a cabo el científico Masaru Emoto con las moléculas del agua y cómo estas reaccionaban diferente ante palabras y pensamientos amorosos y ante los negativos. www.naturalessentia.com/2023/06/06/experimento-moleculas-de-agua/.
Nuestro planeta está conformado en casi un 70 % por agua, entonces si aplicamos este experimento podemos enviarle pensamientos de amor a nuestros océanos, a las fuentes de agua y al planeta en general.
Otras acciones que podemos hacer para entregar amor a nuestro planeta, adicional a Reducir, Reutilizar y Reciclar, son:
Cuidar de nosotros
Ser amables con los demás
Apreciar la belleza que nos rodea
Proteger a los animales
Abrazar un árbol
Sembrar y cuidar un jardín
Cuando ponemos amor en lo que hacemos todo mejora y al tener amor en nuestros corazones somos capaces de pensar en el bienestar propio y en el de los demás.
Ya lo decía Albert Einstein: “Si queremos que nuestra especie sobreviva, el amor es la única y la última respuesta”.
Recordemos siempre que no tenemos un planeta B.