Los incendios forestales son cada vez más frecuentes debido al cambio climático con el aumento de las temperaturas y las sequías que han dejado algunos sistemas más susceptibles a las llamas.
Se trata de incendios no planificados que arden, por lo general, en áreas rurales y naturales como bosques, praderas, pastizales y otros ecosistemas. Se propagan con rapidez y acaban con árboles y vida silvestre.
Solo de 10 a 15 % de los incendios forestales inician de forma natural, ya sea por la sequia causada por el calor o la caída de un rayo y entre 85 a 90 % por la mano del hombre.
Entre las causas más comunes están: dejar fogatas desatendidas, arrojar botellas de vidrio y/o cigarrillos en el campo, jugar con cerillos, fuegos artificiales o de forma intencional.
Veamos que dicen los expertos acerca de este tipo de incendios.
Componentes para un incendio forestal
Independiente de la causa para que inicie un incendio forestal se requiere el “triángulo del fuego”, se trata de 3 componentes clave que son: combustible, oxígeno y calor.
1. El combustible es cualquier material inflamable que en estos casos incluye árboles, arbustos y pastos. Estos materiales emiten vapor que, al calentarse a su punto de ignición, se evapora y se mezcla con el oxígeno.
2. En cuanto al oxígeno es el elemento natural que se necesita para la ignición y para alimentar el fuego.
3. Cuando el combustible de ignición se expone al oxígeno del aire ocurre una reacción que libera calor y genera la combustión.
Al ser estos los causantes de los incendios, para poder apagarlos al menos uno de ellos debe ser eliminado.
Estos incendios se presentan durante los periodos de sequía e intenso calor. En estas circunstancias la vegetación y los árboles se convierten en el combustible, un rayo provoca el incendio y los fuertes vientos se encargan de propagarlo.
Los responsables de la propagación
Nuevamente son 3 elementos los responsables de su propagación llamados “triángulo del comportamiento del fuego”, ellos son: combustible, clima y topografía.
Combustible: Si la vegetación está muy seca y tiene bajos niveles de humedad, al no tener que eliminar agua, el fuego la va a quemar más rápido y más intensamente.
Otro factor que tiene el mismo efecto anterior es cuando los arbustos, plantas o árboles contienen aceites y resinas.
Clima: Aspectos como temperatura, niveles de humedad y los vientos juegan un papel mayor en el comportamiento de un incendio.
– Temperaturas altas especialmente en las horas de la tarde
– Bajos niveles de humedad
– Vientos que proporcionan el oxígeno
Topografía: Las características del terreno como elevación, orientación y pendiente pueden facilitar el avance del incendio.
El calor sube, por lo tanto, el fuego se mueve más rápido cuesta arriba que cuesta abajo.
Una vez que el incendio inicia se puede propagar hasta a 23 kilómetros por hora.
Un incendio forestal con llamas de 1 metro puede alcanzar temperaturas de 800 ºC o mayores, en el caso de llamas de 50 metros o más las temperaturas exceden los 1.200 ºC.
Exposición al humo
Este humo es una mezcla de material particulado, gases tóxicos, monóxido de carbono y otros químicos.
Los incendios forestales causan episodios de mala calidad del aire, por lo que personas expuestas a su humo pueden tener irritación en los ojos, nariz, garganta, dificultad para respirar, lo cual puede ser más complicado para personas con asma o enfermedades cardiovasculares.
Para prevenir verse afectado y reducir la inflamación ante la exposición a este humo se recomienda usar mascarillas y tomar abundante agua.
Consecuencias
Desafortunadamente en estos incendios se pierde vegetación muy antigua, alguna de ella responsable de la producción de agua, convirtiéndose en un desastre aun mayor.
Las consecuencias abarcan la vegetación (plantas, árboles), la muerte de animales, la pérdida de su hábitat para otros, además del deterioro de la tierra y la erosión del terreno.
Justo al erosionarse el terreno por la falta de árboles, al llegar las lluvias estas van a arrastrar la tierra suelta provocando derrumbes e inundaciones afectando a su vez la calidad del agua de arroyos, ríos y lagos.
En caso de haber viviendas y edificios cerca estos pueden ser destruidos por las llamas, como ha sido el caso en grandes conflagraciones en diferentes partes del mundo.
¿Cómo ayudar?
Al extinguir los incendios lo mejor que se puede hacer es plantar nuevos árboles para estabilizar el suelo, restaurar los ecosistemas dañados, prevenir que especies invasivas se apoderen del área, lo que reduce la biodiversidad e incrementa la probabilidad de futuros incendios.
La prevención
En este punto todos debemos ser responsables cuando visitamos la naturaleza, ya sea por un día o al acampar.
1. Evitar hacer fogatas si no se está cerca de una fuente de agua, ya que para apagar una fogata fuera de control se necesitan muchos galones de agua.
2. Asegurarse de apagar por completo las fogatas y no hacerlas si se está atravesando un periodo de sequía.
3. Evitar fumar mientras se camina porque cualquier ceniza en terreno seco puede iniciar un incendio, también apagar los cigarrillos contra piedras y colocarlos sobre ellas o en terreno libre de vegetación. NUNCA dejar las colillas de cigarrillos en la naturaleza ni en las calles, se deben sacar con la basura.
4. Recoger toda la basura que se genera en estas actividades, además de prevención se cuida la fauna del lugar.
Es muy importante que seamos conscientes de cómo nuestras acciones afectan el medio ambiente y que somos los únicos responsables del cambio climático y sus consecuencias.
Fuentes: cnr.ncsu.edu, mercuryinsurance.com, onetreeplanted.org, pcta.org, nhmu.utah.edu.