Las reflexiones y el balance al final del año son para revisar las metas alcanzadas, los logros, los pendientes. Los primeros nos llenan de satisfacción y orgullo, los segundos nos motivan a ir por ellos en los siguientes 365 días.
Todo en la naturaleza está en constante transformación, incluidos los seres humanos, por eso ninguno de nosotros es la misma persona que empezó el año.
Sin embargo, rara vez reflexionamos acerca de cómo las experiencias que vivimos día a día a lo largo del año nos han ido transformado.
Planes
Empezamos el año con planes, ilusiones, expectativas que a medida que avanzamos, y debido a las circunstancias pueden ir cambiando, ya sea porque la vida se va encargando de llevarnos por otros caminos, las prioridades cambian o simplemente porque nos propusimos metas fuera de nuestro alcance, así que debemos hacer ajustes sobre la marcha con el fin de alcanzar nuestro cometido.
Para algunos pudo haber sido un año tranquilo, sin mayores sobresaltos, para otros una montaña rusa de emociones y depende de cada uno aprovechar todo lo vivido para su desarrollo personal y evolución, que al fin y al cabo es de lo que se trata la vida.
Reflexiones
Cuando miramos las vivencias de este año, que casi termina, nos damos cuenta que hemos cambiado debido a los aprendizajes que tuvimos, a las personas que se cruzaron en nuestro camino, a quienes entraron o salieron de nuestra vida y que de uno u otro modo enriquecieron nuestra experiencia dándole, muchas veces, otro significado a nuestro existir.
Agradecer
Tal vez lo más importante al concluir el balance del año es el agradecer todo, absolutamente todo: lo vivido, lo no vivido, lo que pasó o no pasó, las lágrimas, tristezas, sonrisas, alegrías, salud, enfermedad, decepciones, los logros, las pruebas superadas, los retos que tenemos pendientes y que nos dan el impulso para seguir adelante.
Nos hemos acostumbrado a quejarnos, a lamentarnos, nos amargamos por detalles tan insignificantes que no nos permiten ver lo afortunados que somos, porque estamos siempre pensando en lo que nos falta, en lugar de agradecer y disfrutar lo que tenemos.
Este año he tenido la oportunidad de escuchar historias de vida realmente fuertes que me han hecho reflexionar sobre la forma en que nosotros mismos, al compararnos con otros, devaluamos lo que somos y/o tenemos.
Tenemos todo para ser felices, el asunto es que posponemos o condicionamos esa felicidad a eventos o situaciones a futuro olvidándonos de vivir el presente.
Lo vivido mientras transitábamos este año nos ha forjado y transformado en quienes somos hoy en día, entonces al hacer el balance analicemos y valoremos todas las experiencias que lo permitieron.
Aprovecho para agradecer a quienes me han acompañado este año, leyendo lo que publico, comentando sobre los temas y haciendo parte de este camino en el cual mucho he aprendido. Gracias Gracias Gracias.
Feliz, consciente, próspero y abundante 2024.
Natural Essentia