Recordemos que el término es cambio climático y la consecuencia de este es el calentamiento global, que aunque todavía para algunos sea un cuento, es una realidad que no solo está afectando a seres humanos, también a animales y a plantas, por el cual surgido el término desfase fenológico, que se refiere al desajuste en los fenómenos biológicos de plantas y animales debido al clima, lo que pone a muchas especies en peligro de extinción.
El cambio climático está ocasionando el aumento en la temperatura del mar y el deshielo de los polos, lo que está aumento su nivel, al igual que fenómenos como sequías, inundaciones, olas de calor que han llevado a la pérdida de hábitats, todo esto a un ritmo tan rápido que muchas especies de animales y plantas están sintiendo sus efectos y se les está haciendo difícil adaptarse.
Un factor importante, tanto para la migración de aves, mariposas y peces como para la polinización, es la sincronización de los ciclos biológicos de plantas y animales, pero al adelantarse o retrasarse las estaciones se están alterando estos procesos y en el caso de las aves, estas han cambiado sus patrones migratorios debido a la pérdida de hábitats en lugares de invernada, de reproducción, de parada y descanso o a inviernos más suaves en áreas cercanas a sus lugares de reproducción, por lo que no viajan muy lejos.
La orquídea araña es una de las más afectadas entre las plantas, ya que esta especie tiene una estrategia para ser polinizada por las abejas macho, la cual consiste en lanzar una alerta a estos machos para hacerles creer que son su pareja sexual, esto se ha podido lograr gracias a que los machos despiertan antes que las hembras, pero si la primavera se adelanta ambos despertarán casi al mismo tiempo poniendo en riesgo a estas orquídeas. La situación es muy grave porque por cada grado Celsius que aumente la temperatura mundial promedio, la diferencia en el despertar entre las abejas hembras y machos se reduce en seis días.
En cuanto a los animales hay casos donde algunos han cambiado de ser diurnos a ser nocturnos, porque en el día hace demasiado calor entonces prefieren la noche para alimentarse cuando la temperatura es más fresca; en otros casos como el caribú y liebre americana se ven amenazados por situaciones diferentes, por colocar solo dos ejemplos, porque son muchísimos más.
El caribú, que habita en el hemisferio norte, se encuentra en peligro de extinción porque se alimenta de plantas del Ártico y estas están disminuyendo a consecuencia del aumento de las temperaturas.
La liebre americana cambia el color de su pelaje durante el invierno para camuflarse y protegerse de sus depredadores, pero con el aumento de las temperaturas la nieve se derrite antes de que ella pueda volver a cambiar su pelaje dejándola vulnerable, por lo que en este momento está aún en mayor peligro dado a que su desfase es de dos semanas, pero se estima que para mitad de siglo este desfase sea de ocho semanas.
Debido al cambio climático, en tan solo medio siglo, la biodiversidad ha disminuido de manera alarmante poniendo a más de 25.000 especies en peligro de extinción. Según estudios realizados, aún si se logra mantener el aumento por debajo de 2 grados Celsius estipulado en el acuerdo de París, se podrían perder el 25% de las especies de plantas y animales del Amazonas y las islas Galápagos.
Este es un asunto muy serio si tenemos en cuenta que la diferencia entre la era de hielo y esta época es de 9 grados, entonces podremos entender el impacto tan grande que tiene un solo grado de aumento en la temperatura. Es tiempo de asumir nuestra responsabilidad para frenar estos efectos, ya que desafortunadamente no podemos hacer nada para reversarlo.
La forma en que todos y cada uno de nosotros puede ayudar a frenar esta catástrofe es reduciendo el uso de químicos, de basura y de plásticos; reutilizando todo lo que podamos y reciclando, ya sea en los contenedores o en sitios destinados para este fin o aprovechando esos materiales para producir nuevos artículos.
Si algo nos ha debido quedar claro con esta pandemia es que nosotros, los seres “humanos”, somos los únicos responsables del cambio climático, por lo tanto empecemos a trabajar en cuidar este planeta, que es el único que tenemos, pensemos en las generaciones que vienen detrás, ellos merecen conocer las maravillas y bellezas que nosotros hemos tenido la fortuna y oportunidad de disfrutar, para que no tengan que verlas en fotos, documentales o museos.
Fuentes: Artículo de The New York Times, es.greenpeace.org, panda.org, elcomercio.com, actilife.es.