Las tortugas, también conocidas como quelonios, son reptiles con una caparazón que han habitado el planeta por 200 millones de años; pueden ser terrestres o acuáticas (viven en agua dulce o en el mar), una de sus características es la longevidad, ya que pueden vivir hasta 100 años, pero ahora están en peligro de desaparecer a consecuencia del cambio climático.
Para empezar veamos la definición de Cambio Climático: Variación del clima de la Tierra producida por el efecto invernadero cuya consecuencia es el calentamiento global.
Debido al cambio climático estamos experimentando inviernos inusuales, olas de calor, tormentas severas, inundaciones, incendios, etc., además la temperatura del planeta ha aumentado entre medio y un grado (1º), posiblemente este aumento en la temperatura parezca algo insignificante, pero si pensamos en el hecho que la diferencia entre este tiempo y la Edad del Hielo es de tan sólo nueve grados(9º), nos damos cuenta que es algo serio.
Ahora las tortugas marinas se están viendo afectas por el cambio climático debido a que ellas ponen sus huevos en hoyos en la arena de las playas, no se sabe a ciencia cierta porqué, pero la temperatura de la arena determina el sexo de las crías, arena caliente = hembras, arena fresca = machos y con el calentamiento global la arena está cada vez más caliente, por consiguiente cada vez hay más hembras, lo que pone a las tortugas en peligro de extinción al reducirse el número de machos para procrear.
Cifras alarmantes están empezando a aparecer con respecto a la cantidad desproporcionada de hembras, por ejemplo en San Diego, Estados Unidos el 78% de las tortugas son hembras; en Cabo Verde, África son el 84%, con el agravante que en este lugar anidan la sexta parte de la población mundial de tortugas Bobas, de seguir esta tendencia los machos de las tortugas Bobas podrían extinguirse en dos o tres décadas y con ellos su especie; en Boca Ratón, Estados Unidos las hembras son el 90% y el 99% en la gran barrera de coral en Australia.
Los esfuerzos para ayudar a las tortugas marinas van desde voluntarios que observan dónde ponen sus huevos las tortugas y colocan cercas alrededor de los sitios de anidamiento para ayudar a proteger los huevos de los depredadores, hasta expertos tratando de enfriar los lugares de desove probando estrategias como mover los huevos a un lugar con sombra, rociarlos con agua, dividirlos en grupos más pequeños, pero no se sabe si estas acciones serán suficientes para ayudar a solucionar el problema de la marcada diferencia entre tortugas hembras y machos.
Tal vez el desconocimiento de situaciones como estas, llevan a muchas personas a creer que el asunto del cambio climático es “cuento chino”, pero está pasando en este momento y está teniendo un impacto mayor de lo que podríamos pensar, no solo en animales y plantas, también en la salud de los humanos (de esto hablaremos en un futuro post), por eso les propongo que nos comprometamos con el cuidado del medio ambiente con pequeñas acciones, porque aunque no podemos reversar el daño si podemos detenerlo.
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